30/5/09

Sobre los conceptos y presentación del catálogo de la muestra

Programa paralelo

Antes y después

Texto de sala

La exhibición delineada a manera de un plano arquitectónico es una reflexión sobre los límites de la cotidianidad y la necesidad de espacios públicos y de intimidad, una interpretación de un mundo que es simultáneamente interior y exterior. Inspirada en elementos de la puesta en escena de las películas Dogville y Manderlay (Lars von Trier), Interior-Exterior. Un lugar sin límites pone al descubierto un mundo ficticio más allá de sus evidentes perímetros.
En medio de la sala se encuentran los trazos del boceto de una casa que flota en el espacio. Este hogar representa un lugar de protección, de seguridad y descanso, en el que realizamos actividades domésticas, íntimas y personales. Es la frontera entre el interior y el exterior. Interior: espacios privados, repletos de objetos que van acumulándose en el transcurso cotidiano de la vida. Exterior: todo aquello que no se encuentra dentro de nuestra casa o, incluso, dentro de nuestro pensamiento o nuestro cuerpo, es el espacio al que nos exponemos cuando salimos a desarrollar actividades mundanas de supervivencia e interrelación social, el lugar físico y abstracto en el que se produce todo lo que necesitamos para sobrevivir, desde productos hasta valores simbólicos.

El interior y el exterior son situaciones, abstracciones, posiciones o denominaciones que permean toda nuestra vida, y varían su estado de reposo de un lugar a otro complementándose entre sí. La selección de obra pone al descubierto la permanencia, las fugas, las sugerencias y los inciertos intercambios entre acontecimientos que parten de este espacio y entran en conexión con el mundo exterior que los rodea.
Así podemos tomarnos un tiempo para percibir que unos cantos de paloma se convierten en paisajes sonoros; o, a simple vista, lo que parece ser la sala de televisión, la recamara, un portarretrato, el estudio o un pupitre; cuentan una experiencia personal o reflexionan sobre los procesos de vida que los hacen existir y que son derivados de necesidades reales: una programación personal de televisión, con videos y comerciales falsos elaborados por el artista; una historia trágica –pero no por ello ficticia– de unos enanos durante la Segunda Guerra Mundial es el tema para un cuento infantil; los recuerdos de una paciente que perdió la memoria son bordados en la sábana de su cama cuando éstos regresan a su mente; alguien cree fielmente que la luz nunca se extinguirá y trata de apresarla en fotografías que se proyectan infinitamente dentro de un cuarto; en un acto de vandalismo una cabina telefónica se roba la señal de la calle para que la gente pueda llamar gratis; y otro artista, en un acto no menos complejo, se come un rambután (litchi) y emprende un viaje con la semilla para regresarla a su lugar de origen y hacer surgir nuevamente una planta.
El planeta Tierra tiene sus fronteras naturales, pero el universo es Un lugar sin límites que todavía no terminamos de conocer, observar y clasificar…

Sin embargo, en un acto meramente contemplativo, sujetos y objetos, tal vez podrían actuar de otra manera…


Kerstin Erdmann / Mónica Espinosa